El ácido hialurónico penetra en la piel y se mezcla con el que se encuentra de forma natural y de este modo se promueve la producción de más cantidad de esta sustancia y favorece la formación de colágeno.
Existen dos tipos, el reticulado, que tiene una consistencia densa y el no reticulado que es líquido y conserva su estabilidad durante menos tiempo.
Es uno de los activos antiaging más conocidos y buscados en el mundo de la belleza.
Se trata de un producto inyectable que se presenta en forma de gel y se inyecta en las zonas a tratar. Hay fundamentalmente dos tipos:
Reticulado: Se presenta en forma de gel (densa), lo que permite que mantenga la estabilidad durante más tiempo (12 a 15 meses).
No reticulado: Es líquido y conserva su estabilidad durante menos tiempo (aproximadamente 3 meses).
Tras estudiar el área de tratamiento se aplica el ácido hialurónico mediante micro-inyecciones en el área donde asienta el defecto, y el procedimiento suele durar un intervalo de tiempo de 15 – 30 minutos.
Después del tratamiento el paciente se puede incorporar inmediatamente a su actividad habitual.
Asimismo, podrá aplicarse su maquillaje habitual a las pocas horas. Si apareciera algún hematoma, se recomienda poner alguna crema tipo Hirudoid. No es necesario masajear.
En términos generales, la duración del ácido hialurónico es de entre 6 – 18 meses. Existen distintos factores que hacen que el margen de duración sea tan amplio. Entre los más importantes están la densidad del producto empleado, la zona de aplicación y el ritmo del metabolismo de degradación del paciente. De cualquier manera, y dado que la reabsorción no es brusca sino que se produce de manera progresiva la pérdida del efecto se produce lentamente.
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